Acabamos de probar Stone Age en Cuarto de juegos y la experiencia ha sido muy buena. Después de haber tenido un severo patinazo con Agrícola, ya que no nos gustó nada a ninguno, pensábamos que quizá los juegos de gestión de trabajadores y recursos no eran lo nuestro, pero Stone Age ha hecho que nos reconciliemos con ellos.
Es un juego de mesa competitivo, en el que tenemos que gestionar y desarrollar nuestro poblado para conseguir ganar más puntos de victoria que los demás. Para ello contaremos con 5 meeples que podrán reproducirse (en la choza del amor), fabricar herramientas, recolectar comida, conseguir recursos (madera, barro, piedra u oro), cazar o construir chozas.
Al principio parece todo un poco confuso pero, afortunadamente, nada más empezar el juego es fácil engancharse y no perder ni un turno. De repente todos los iconos de las fichas y de las cartas comienzan a cobrar sentido y en la segunda ronda ya estás pensando en tu estrategia y revisando la de las demás.
La frase qué más se escuchó a lo largo de la partida fue «qué asco de comida«, porque al final de cada turno has de alimentar a tu tribu, y si no tienen comida se te comerán una piedra o un leño y cuesta mucho hacerse con una piedra… O con un leño cuando tienes mala suerte con los dados como es nuestro caso. Es complicado porque para conseguir materias primas, o comida, no vale con mandar a un habitante a recolectar, en Stone Age tiras tantos dados como meeples tengas en la casilla y, según la dificultad en la recolección de esa materia, tendrás que dividir el resultado entre 2, 3, 4, 5 ¡o incluso 6!
Salvo la comida, los demás recursos te servirán para poder comprar cartas que darán beneficios inmediatamente (normalmente) y además ayudarán a sumar puntos al final de la partida. Por la experiencia que hemos tenido hoy, parece que las cartas son el quid de la cuestión y no hay que pasarlas por alto ni cogerlas al tuntún.
Jugando 4 la partida, ha durado más o menos 2 horas, pero al contrario que otros juegos en los que tienes que esperar tiempos infinitos a que te vuelva a tocar, Stone Age es ágil porque no tienes por qué colocar todos tus meeples al mismo tiempo.
Eso sí, como tengáis el día espeso tened a mano un amigo que sea un maquinita sumando y dividiendo, o en su defecto, una calculadora, para no tener que parar el juego en cada cálculo.
Gracias a Gonzalo de La gaceta de los tableros y a Raúl por jugar con nosotros y gracias especialmente a Michael de Cuarto de Juegos, por organizarla.
Lo sumamos a la larga lista de juegos que les mandaremos a los Reyes Magos.